Impactos del cambio climático

Antes de marzo de este año, mi entendimiento sobre los impactos del cambio climático, tanto de su extensión como de su intensidad, era, si acaso, básico. Sabía que el cambio climático perjudicará a la larga al planeta… ¡Vaya manera de subestimar sus efectos! Sabía que la gente muere por olas de calor, se derriten glaciares, se eleva el nivel del mar y ocurren sequías, pero eso era todo. Por supuesto, todo ello es suficientemente grave, pero finalmente aprendí que los impactos son aún mayores cuando decidí informarme más con ayuda del libro The Uninhabitable Earth: Life After Warming (La Tierra inhabitable: vida después del calentamiento) de David Wells-Wallace. Este texto me ofreció toda una nueva perspectiva y me llevó a leer más, en un intento por “ponerme al corriente”. Mencionaré solo uno más: Climate Change and the Health of Nations: Famines, Fevers, and the Fate of Populations (Cambio climático y la salud de las naciones: hambrunas, enfermedades y el destino de las poblaciones) de Anthony J. McMichael, destacado científico especializado en salud que forma parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés). Por cierto, he escrito artículos para numerosas publicaciones cristianas por más de 15 años sobre las bases bíblicas de la creación, pero simplemente no estaba correctamente informado de la gravedad de la situación del planeta, tanto actual como futura. Así que, ¿cuáles son los impactos del cambio climático?

Antes de enumerar los impactos, debo hacer una advertencia. Sí, nuestro planeta ha atravesado numerosos ciclos de calentamiento y enfriamiento, que usualmente suceden a lo largo de millones de años. El ciclo actual, sin embargo, comenzó hace solo 200 años con el surgimiento de la revolución industrial, y una gran parte del incremento de temperaturas ha sucedido en los últimos 30 años, acercándose rápidamente a niveles que, en el pasado, resultaron en extinciones masivas.

Vayamos, entonces, a nuestra lista de los impactos del cambio climático.

Biodiversidad

Hasta ahora, nuestro planeta ha perdido 50 % de la población de los animales vertebrados, y esto ha ocurrido en los últimos 40 años. Existen muchas razones, pero la principal es simplemente que toda vida animal depende de la cadena alimentaria que comienza con el agua y los microorganismos que viven en la tierra, que son mucho más sensibles al calentamiento y al enfriamiento que los animales de mayor tamaño. Consideremos, por ejemplo, la pérdida del 75 % de los insectos del planeta en tan solo los últimos 20 años. Mientras que las cucarachas y los mosquitos son una molestia para una gran proporción de la población humana, la polinización de las flores y, por lo tanto, los cultivos de los que nos alimentamos, dependen de los insectos. Y ni siquiera hemos hablado de los pronósticos de la pérdida de biodiversidad. Para el año 2050, posiblemente un millón de especies podrían extinguirse. Para entonces, habrá más plástico que peces en los océanos.

Refugiados

Un factor, aunque no el único, que ha llevado al surgimiento de un millón de refugiados sirios desde 2011 es la pérdida de cosechas debido a una sequía originada por el cambio climático. Las inundaciones que se prevén en Bangladesh probablemente producirán 10 veces ese número de refugiados climáticos.

Según las predicciones del Banco Mundial, la cifra de refugiados a causa del cambio climático llegará a 140 millones para el año 2050. Las Naciones Unidas, cuyos pronósticos son notoriamente conservadores, estiman que esta cifra ascenderá a 200 millones (mientras que algunos aseguran que serán mil millones).

Olas de calor

Desde 1980, el número de olas de calor en la Tierra se ha incrementado 50 veces. Desde el año 1500, los cinco veranos más calurosos en Europa han ocurrido a partir de 2002. En la actualidad, hay 354 ciudades de gran tamaño con una temperatura media máxima de por lo menos 350 Celsius. Para 2050, 970 ciudades estarán en ese rango, expuestas a olas de calor cuyas consecuencias serán fatales.

Inundaciones e incendios

La frecuencia y la intensidad de los huracanes y los monzones seguirán incrementándose. En agosto y septiembre de 2017, tres grandes huracanes se formaron en el Océano Atlántico y cada uno fue catalogado como un fenómeno que ocurre una vez cada 500 000 años. Durante 2019, con dos huracanes de categoría 5, ya se han batido los récords de intensidad y de destrucción resultante. Las inundaciones se han cuadruplicado desde 1980 y duplicado desde 2002. El nivel del mar aumentará entre 0,30 y 1,20 metros para finales de este siglo. Finalmente, los incendios en el Amazonas fueron 77 % peores que el año pasado.

Hambrunas

Los científicos han calculado que por cada grado de calentamiento global, la producción de cultivos disminuirá 10 %. Si el planeta alcanza el incremento previsto de al menos 4 grados para finales de este siglo, la producción de alimentos se reducirá en 40 %, cuando la población se habrá incrementado en 50 %.

¿Cuál es la solución? ¿Mejores tecnologías y tierras para la producción de alimentos? La última opción es particularmente difícil dado que los suelos previamente cultivables se están convirtiendo en tierras desérticas y mudarse a climas más templados significará también tierras menos fértiles. ¿Mejores tecnologías? Esta ha sido siempre nuestra esperanza. Sin embargo, los mayores avances en la siembra ocurrieron en la década de 1940…

Conflictos y guerras

Según un interesante cálculo hecho por las Naciones Unidas, los conflictos armados se incrementarán entre 10 y 20 % por cada medio grado de calentamiento global. Si para finales de siglo la temperatura aumentará otros 3 grados, se prevé que los conflictos armados experimentarán un aumento adicional de 60 %.

Tengo la esperanza de que aun siendo breve, esta lista es suficiente para cambiar a todos los sectores de la sociedad, nuestros hogares y vecindarios, y para que organizaciones gubernamentales locales, regionales, nacionales e internacionales lleven a cabo acciones. A pesar de que podría no ser evidente, la iglesia también juega un papel fundamental. Esta es, con certeza, la perspectiva de Pablo en Romanos 8:18-25. La “liberación de la creación” de su “corrupción” está íntimamente ligada al pueblo de Dios, que será el primero en realizar las tareas humanas fundamentales de cuidar de la creación de Dios.

Estas acciones incluyen mitigar los efectos del cambio climático por medio de acciones que limiten y reduzcan los gases de efecto invernadero; adaptarse al medio ambiente por medio de la reforestación y el tratamiento y purificación del agua; y, finalmente, con acuerdos gubernamentales locales e internacionales. No queda duda de que la tarea es enorme. Pero es importante que cada uno de nosotros, como un signo vital de nuestro compromiso de seguir a Jesús, comencemos a hacer los cambios de forma firme y con oración.

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